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Pintar un paisaje es un acto total y recíproco entre el pintor y la naturaleza; sin reservas y sin restricciones. 

El paisaje tiene un alma inocente que se hace más esquiva cuando más se la quiere penetrar. 

1938- Paisaje de Buenos Aires - Óleo
1976 - Bruma en calle Córdoba - Óleo
1949- Altiplano - Óleo
1963 - Paisaje de la noche - Óleo
1950 - Bosque del  sur - Óleo
1944- Bruma de plata - Óleo
1938 -Paisaje de Plaza Lavalle- Óleo
Ca. 1970 - Vórtice
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